10/14/2015

Debora

Débora, un ejemplo de lo que debe ser una "Princesa Guerrera" 1. Sujeta a Dios: dependiente de Dios, toma sus decisiones a partir de su voluntad. 2. Intercesora: cruzó el nivel de oración egoísta para orar por los propósitos de su pueblo y de otros. 3. Don profético: don obtenido como resultado de su intimidad con Dios. 4. Conocedora de su propósito: sabía claramente cuál era su propósito y se enfocaba en él (dirigir a su pueblo, protegerlo, salvaguardarlo y hacerlo prevalecer). 5. Osada: valiente, determinante, echada para adelante. 6. Guerrera: espíritu de combate, consciente de la importancia de la guerra como medio para la obtención de victorias. 7. Líder: No sólo sabía dirigir, sino que conocía su rol de liderazgo, entendiendo que su posición como reina no era licencia para manipular, dominar o controlar (lo contrario a Jezabel). 8. Espíritu de equipo: entendía lo fundamental que era desarrollar o desplegar su liderazgo apoyada en un grupo especializado de hombres, con funciones específicas y talentos propios. No tenía espíritu de competencia y era consciente de sus limitaciones. 9. Casada: Aun cuando era reina, guardaba una estricta sujeción a su esposo. Sabía distinguir los límites de mujer como reina-guerrera y mujer como esposa. 10. Maternal: Su capacidad de liderazgo y su espíritu de guerra no se contraponían a desarrollar una naturaleza tierna y maternal. Las mujeres de Dios pueden ser al mismo tiempo dulces y guerreras. Estas diez características facilitan su agrupación en tres bloques: Espirituales 1. Dependiente de Dios 2. Don profético 3. Intercesora 4. Con propósito De carácter 5. Guerrera 6. Liderazgo 7. Trabajo en equipo 8. Osada De naturaleza 9. Maternal 10. Sujeta al esposo

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